25.1.10

Estupidos fantasmas...


Fantasmas!!...
 desalmados, prostituidos!,
aparecen y reaparecen,
ellos que duelen y atemorizan
que destrozan y perturban,
jugando y revoloteando con la firme intención de joder mi alma en lo mas profundo.

Podrían destruir el amor mas puro?

Por el que respiro,
Por el que daria la vida sin dudarlo,
el que es capaz de aumentar mis latidos a mil por hora
y de destruirme en un segundo,
mi amor el mas grande, el mas noble,
lleno de pasion
agonizando por un poco de su amor...

Mi amor, tan noble y cobarde
 que no es capaz de soportar una de sus venidas,
uno de sus juegos…

Estúpidos fantasmas…

que torturan el amor mas sincero que llegue a sentir,
mi esperanza…ilusiones y deseos,
mi tierno, dulce y sensible amor.

Mi estúpido amor...

Que no es capaz de soportar un poco de dolor,
buscando refugios baratos
anestesias locales, gratas en su momento,
 pero solo eso...un refugio mas.


Tan solo quisiera mandarlos al demonio…

Que te quedaras con mi amor, con tu amor…

8.1.10

El lado oscuro del corazon....



Dentro de lo excelente del año pasado...el lado oscuro del corazon, un clasico, excelente pelicula de la decada pasada, me ha llevado a lo mas recondito de mis juegos, mis pensares, de mi...este poema no es dicho en la peli, pero evocado en imagenes, maravilloso...

Yo no tengo una personalidad; yo soy un cocktail, un conglomerado, una manifestación de personalidades.

En mí, la personalidad es una especie de forunculosis anímica en estado crónico de erupción; no pasa media hora sin que me nazca una nueva personalidad.

Desde que estoy conmigo mismo, es tal la aglomeración de las que me rodean, que mi casa parece el consultorio de una quiromántica de moda. Hay personalidades en todas partes: en el vestíbulo, en el corredor, en la cocina, hasta en el W.C.

¡Imposible lograr un momento de tregua, de descanso! ¡Imposible saber cuál es la verdadera!

Aunque me veo forzado a convivir en la promiscuidad más absoluta con todas ellas, no me convenzo de que me pertenezcan.

¿Qué clase de contacto pueden tener conmigo me pregunto-- todas estas personalidades inconfesables, que harían ruborizar a un carnicero? ¿Habré de permitir que se me identifique, por ejemplo, con este pederasta marchito que no tuvo ni el coraje de realizarse, o con este cretinoide cuya sonrisa es capaz de congelar una locomotora?

El hecho de que se hospeden en mi cuerpo es suficiente, sin embargo, para enfermarse de indignación. Ya que no puedo ignorar su existencia, quisiera obligarlas a que se oculten en los repliegues más profundos de mi cerebro. Pero son de una petulancia... de un de una falta de tacto...

Hasta las personalidades más insignificantes se dan unos aires de trasatlántico. Todas, sin ninguna clase de excepción, se consideran con derecho a manifestar un desprecio olímpico por las otras, y naturalmente, hay peleas, conflictos de toda especie, discusiones que no terminan nunca. En vez de con temporizar, ya que tienen que vivir juntas, ¡pues no señor!, coda una pretende imponer su voluntad, sin tomar en cuenta las opiniones y los gustos de las demás. Si alguna tiene una ocurrencia, que me hace reír a carcajadas, en el acto sale cualquier otra, proponiéndome un paseíto al cementerio. Ni bien aquella desea que me acueste con todas las mujeres de la ciudad, esta se empeña en demostrarme las ventajas de la abstinencia, y mientras una abuse de la noche y no me deja dormir hasta la madrugada, la otra me despierta con el amanecer y exige que me levante junta con las gallinas.

Mi vida resulta así una preñez de posibilidades que no se realizan nunca, una explosión de fuerzas encontradas que se entrechocan y se destruyen mutuamente. E1 hecho de tomar la menor determinación me cuesta un tal cúmulo de dificultades, antes de cometer el acto mas insignificante necesito poner tantas personalidades de acuerdo, que prefiero renunciar a cualquier cosa y es per a r que se extenúen discutiendo lo que han de hacer con mi persona, para tener, al menos, la satisfacción de mandarlas a todas juntas a la mierda.

Espantapájaros 8 (oliverio girondo)